En
este documento se opta por el término Plan Personalizado de Atención. En
el Decreto 43/2011, de 17 de mayo, por el que se aprueba
el Reglamento de Autorización, Acreditación, Registro e Inspección de Centros y
Servicios Sociales, este instrumento se denomina Plan Individualizado de Atención,
pero cabe interpretarlo como sinónimo. Estos documentos son diferentes al PIA
(Programa Individualizado de Atención) que contempla la Ley 39/2006, de 14 de
diciembre, de Promoción de Autonomía personal y atención a las Personas en
Situación de Dependencia, el cual hace referencia fundamentalmente a la
asignación de prestaciones contempladas en dicha ley una vez que la persona ha sido
reconocida, y calificada en grado y nivel, como dependiente.¿Qué es un plan personalizado de atención?
Es el instrumento básico que desde el centro
o servicio se propone y utiliza para recoger las informaciones y valoraciones,
objetivos, propuestas de intervención, apoyos y recomendaciones para que la
persona adquiera el mayor grado de autogestión sobre su vida cotidiana a lo
largo del proceso de atención. Es la estrategia de intervención que ofrece el
servicio o centro, a través de sus profesionales, para permitir continuar,
completar y mejorar los proyectos de vida de las personas usuarias. Proyectos
de vida en los que ahora, por las circunstancias de fragilidad o dependencia de
la persona adulta, se incorpora en forma de apoyo el equipo técnico de un
recurso social determinado.
Los planes personalizados de atención, además
de aportar información personal básica relevante para la atención de la persona
en el centro o servicio, suelen incluir tres partes diferenciadas que hacen
referencia a las fases del proceso asistencial:
- Dimensiones personales (incluyendo tanto
las limitaciones como las capacidades de la persona)
·
Salud (física, funcional, cognitivo y
emocional)
·
Relaciones Sociales
·
Ocio
- Objetivos de la intervención
b)
La propuesta de atención en el centro o servicio
- Servicios y programas
- Actividades cotidianas
- Pautas personalizadas
- Apoyos
- Consentimiento por parte de la persona
c)
El seguimiento/ajuste que el plan precise a lo largo del proceso.
- Profesional de referencia
- Seguimientos y revisiones realizados,
incluyendo la evaluación de resultados.
3.
Esquema para la elaboración de un documento de plan personalizado de atención.
La siguiente secuencia puede resultar de
ayuda a la hora de diseñar el documento soporte:
1. Decidir las dimensiones personales y
ámbitos de desarrollo/vida que van a ser valorados.
2. En cada dimensión y ámbito ver cómo se registran tanto las limitaciones como las capacidades de las personas.
2.1. Decidir los instrumentos que van a ser
utilizados.
2.2. Indicar cómo se van a identificar y
recoger las capacidades/fortalezas.
3. Planificar qué soportes se van a utilizar
para apoyar la participación de la persona (o en su caso familia) en el plan.
4. Decidir cómo se incluyen los objetivos del
plan de atención. Estos pueden ser específicos a cada ámbito o dimensión o ser
descritos en un apartado conjunto a las distintas valoraciones.
5. Resolver qué aspectos de la propuesta de
intervención se recogerán en el documento
a) Las actividades, servicios o atenciones
que va a recibir cada persona por parte del centro o servicio. Incluyendo un
apartado donde se incluyan los apoyos que la persona precisa para su participación
o acceso a los mismos.
b) Las pautas específicas en relación a:
- El autocuidado.
- La promoción de la autonomía.
- Los comportamientos más complejos (para la
familia y para los profesionales).
- Las dificultades en la comunicación
(familia y profesionales).
- Orientación respecto a la realización de
actividades estimulativas o empleo del tiempo libre.
c) Las técnicas e instrumentos de atención
personalizada en las intervenciones.
d) Las intervenciones ambientales
(eliminación de barreras, medidas ambientales, productos de apoyo…).
e) Si la atención es en un centro, recoger
las rutinas o actividades a apoyar en otros escenarios cotidianos externos al
centro dentro del horario de atención.
f) Otras.
6. Decidir qué intervenciones dirigidas al
grupo familiar se recogerán en el documento.
- Recomendaciones para el bienestar y el
cuidado de la persona que cuida.
- Acciones formativas recomendadas.
7. Contemplar la inclusión de otros datos:
- El profesional de referencia.
- La autorización de la persona (o en su
caso, su represente) para llevar adelante el Plan
Personalizado de Atención, dentro de un marco
de toma de decisiones compartidas.
- La forma de seguimiento del plan y la
periodicidad de las revisiones.
4. Observaciones o
sugerencias en relación a los planes personalizados de atención.
a) El plan personalizado de atención no ha de
reducirse a cumplimentar un documento escrito. Debe ser concebido como un
instrumento de consenso, como algo dinámico, como una herramienta que ha de
propiciar el diálogo entre la persona usuaria, en su caso la familia o
allegados, y los profesionales a lo largo de todo el proceso de atención.
b) El plan personalizado de atención no debe
verse limitado a ofrecer un plan de cuidados donde se prescriben las atenciones
en relación a las necesidades básicas de la persona, sino que además debe
identificar y proporcionar apoyos para que ésta pueda continuar, desarrollar y
apropiarse al máximo de su proyecto de vida.
c) Por ello, debe permitir identificar no
solo las necesidades de cuidados de las personas sino también las capacidades
de las personas, sus preferencias y deseos, elementos importantísimos para
lograr la máxima autogestión de la persona en su vida cotidiana.
d) Ha de ser un soporte que incluya y anime,
en todo el proceso, la participación activa de la persona, y en su caso de la
familia o grupo de apoyo, procurando que sea ésta quien decida los objetivos
del plan y las actuaciones principales a llevar a cabo para conseguirlo.
e) El diseño de un plan personalizado no debe
realizarse de una forma apresurada.
Conocer a la persona y ofrecer apoyos para que ésta se implique y participe en su elaboración lleva un tiempo. El periodo de un mes (o incluso algo más de tiempo) puede ser necesario para llevar a cabo el primer plan de atención. En este periodo será importante, además de obtener la información necesaria que nos permita proponer intervenciones adecuadas a cada persona, acercarnos a su biografía, escuchar y observar sus preferencias, conectar con sus deseos, de modo que todo ello pueda ser tenido en cuenta, y dentro de lo posible, incorporarlo a su plan de atención. Mientras llevamos a cabo este proceso, deberemos disponer de datos básicos que nos permitan garantizar con seguridad la asistencia básica que la persona precise (diagnósticos de salud, dietas, medicación…). También suele resultar positivo proponerle en este momento inicial participar en alguna actividad, respetando su ritmo de incorporación y preferencias, lo que además de facilitar su integración le permitirá ir conociendo las oportunidades que el servicio o centro le ofrece.
Conocer a la persona y ofrecer apoyos para que ésta se implique y participe en su elaboración lleva un tiempo. El periodo de un mes (o incluso algo más de tiempo) puede ser necesario para llevar a cabo el primer plan de atención. En este periodo será importante, además de obtener la información necesaria que nos permita proponer intervenciones adecuadas a cada persona, acercarnos a su biografía, escuchar y observar sus preferencias, conectar con sus deseos, de modo que todo ello pueda ser tenido en cuenta, y dentro de lo posible, incorporarlo a su plan de atención. Mientras llevamos a cabo este proceso, deberemos disponer de datos básicos que nos permitan garantizar con seguridad la asistencia básica que la persona precise (diagnósticos de salud, dietas, medicación…). También suele resultar positivo proponerle en este momento inicial participar en alguna actividad, respetando su ritmo de incorporación y preferencias, lo que además de facilitar su integración le permitirá ir conociendo las oportunidades que el servicio o centro le ofrece.
f) La observación de los profesionales, y de
las familias o allegados, tiene un papel primordial para lograr planes
personalizados bien diseñados y para que se lleven a cabo tantos ajustes en los
mismos como sea preciso a lo largo de todo el proceso de atención. Para esto es
imprescindible lograr su implicación así como sistematizar la participación
coordinada de todos ellos.
g) Todas las personas tenemos nuestro propio
proyecto vital. Incluso cuando las personas tienen una edad muy avanzada o
presentan una grave discapacidad o dependencia, son poseedoras de un proyecto
vital. El proyecto de vida “es la forma que las personas tenemos de plantearnos
nuestra existencia, para conseguir nuestras metas y deseos en relación a distintos
ámbitos de desarrollo personal y social: el trabajo, la familia, la red social
de apoyos y afectos, los intereses y aficiones.
h) Los proyectos de vida dependen del momento
del ciclo vital en que nos situamos cada persona. Desde esta perspectiva en el
diseño de los planes personalizados no podemos perder de vista la edad y la
fase vital de cada persona usuaria. Los planes personalizados de atención de
personas jóvenes deberán dar un peso importante a ámbitos de desarrollo personal
como la formación, el acceso al trabajo o la vida independiente de la familia.
Los planes personalizados de atención de las personas mayores, sin embargo,
suelen dar mayor importancia a aspectos como la validación de un proyecto de
vida que se ubica en su recta final, a la construcción de significados
positivos en torno al mismo así como a garantizar la continuidad de las facetas
y actividades satisfactorias para la persona. Ello no implica la negación o
renuncia a la dimensión presente y a la proyección de futuro (metas y deseos) que
todas las personas tenemos mientras estamos vivas.
i) El plan personalizado de atención incluye
el registro de distintos instrumentos. Los instrumentos de valoración integral,
que sirven para medir distintas dimensiones, han de ser instrumentos validados
(cumplir condiciones de fiabilidad y validez).
j) Se recomienda, además, utilizar de modo
complementario otros soportes dirigidos a facilitar la atención personalizada;
en estos casos los objetivos son favorecer la participación de la persona en su
plan de cuidados, personalizar la atención o reforzar la identidad personal.
Ejemplos de estos instrumentos son los mapas básicos, la biografía personal o
las fichas para registrar preferencias o deseos. En estos instrumentos,
los criterios anteriores pierden
exigencia y lo principal es que se adapten a cada persona y realmente sirvan
para favorecer su implicación en el proceso de atención. También deberemos evitar
aplicar de forma idéntica este segundo tipo de instrumentos a todas las personas.
En unos casos pueden resultar muy valiosos y ser de gran apoyo y, sin embargo, en
otros carecer de sentido o no ser aceptados por la persona.
k) Toda la documentación recogida en el plan
personalizado de atención debe cumplir las exigencias normativas en materia de
protección de datos. Los profesionales con acceso a esta información estamos
obligados a garantizar la confidencialidad de la misma.





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